miércoles, 18 de enero de 2017

Historia de un filete

Abro los ojos, todo esta oscuro cuando de repente una luz lo inunda todo y una mano aparece agarrando el paquete en el que estamos mis hermanos y yo. Al sacarnos del congelador siento un calorcillo pero rápidamente  abren nuestro paquete y nos echan a una cama de metal con gotas de una sustancia resbaladiza.Pasados unos minutos noto que me he puesto moreno y unas espatulas me trasladan a una llanura blanca, mientras que me refresco del calor de mi cama me echan a unas acompañantes amarillas y alargadas. Me entero de que esas cosas alargadas se llaman patatas y me pongo a charlar con la más cercana, de repente un animal de dimensiones descomunales se sitúa delante de nosotros y agarrando un cuchillo y un tridente se pone a amputarme partes del cuerpo sin inmutarse cuando me pongo a gritar.El miedo se apodera de mi, pero mi instinto hace que toda mi  energía se mantenga en el centro en una vana esperanza por salvarme, pero al final el tridente agarra el último trozo de mi cuerpo y lentamente me lleva a una cueva con estalactitas blancas. El tridente me deja ahí y aterradoramente la cueva se cierra. Tranquilamente aparece un animal húmedo al que le pregunto que puedo hacer, pero entonces se pone a empujarme hacia las estalactitas, al ver que no puedo ganar cedo a mi suerte y la estalactita me tritura. El animal húmedo vuelve a aparecer y me lleva a un agujero en el que pone"Tobogán del esófago" De un golpe traicionero el animal me lanza al tobogán. Es una bajada cómoda pero pienso en el final y me aterro; después de una bajada interminable caigo a una piscina muy espaciosa con un sonoro-¡Plof!- Poco a poco el nivel del líquido en el que estoy aumenta y unas gotas de algo que parece ácido se acercan a mi y me disuelven. Me he convertido en una masa pringosa y salgo de la piscina por un desagüe  que da a un camino muy largo lleno de curvas, al llegar al final unas serpientes agarradas a las paredes me absorben toda la energía dejándome en un estado deprimente, aun así consigo pasar una puerta que hay delante de mi. Detrás de la puerta hay otros individuos como yo que debieron ser alimentos haciendo cola, cuando llego al principio de la cola me pintan de marrón y abren una barrera para que me tire a otra piscina, al notar que me muestro reticente me empujan. Desde la piscina veo que limpian mis restos de la trampilla de salto, de repente oigo un sonido que hace que me de la vuelta, descubriendo así, como un remolino se lo traga todo. Y ahí, en esa piscina de mal olor, exhalo mi último suspiro.

jueves, 5 de enero de 2017

El juego que lo cambió todo

-¡RAAAAAS!- El sonido que acabáis de oír era del regalo que mi tía me acababa de dar, lo estaba abriendo con la ilusión típica en estos casos al no saber que había detrás de aquel enorme envoltorio morado con rayas verdes -¡Ahhhhh,es el Cluedo, justo lo que quería!- Grité mientras le daba las gracias a mi tía por aquel estupendo regalo. Rápidamente fui a por mis primos para jugar al Cluedo. Al ver que no todos querían jugar y dándose la circunstancia de que tan solo éramos tres personas, se me ocurrió preguntarle a mis padres y tíos si les apetecía una partidita.
-No, Javier- Decía mi padre.
-Ahora no, que estamos hablando- Me dijo mi tía.
Y así uno por uno me dieron su negativa.Yo estaba muy mosqueado por este tema al tener en cuenta que la mayoría se estaba, casi de modo literal, tocándose las narices y aburriéndose como ostras en sus sillones. Así que me fui a la única persona a la que no le había preguntado, mi abuela. Pero en vez de preguntarle directamente si quería jugar al Cluedo le pregunté -Abuela ¿Por que los adultos nunca juegan a nada y prefieren aburrirse?- Cuando ya iba a irme porque no me había respondido durante 3 incómodos minutos mi abuela abrió la boca -¡Ayy! Nieto mío- me dijo -¿Es que no te has dado cuenta de que ni tu difunto abuelo ni yo, ni sus tías y tíos jugaban nunca con ellos? Ellos están deseando jugar pero lo ven extraño- Eso en parte me alegró pues había una posibilidad de que jugaran con nosotros -¿Y como consigo que jueguen?- pregunté -Escucha atentamente, bsbsbsbs...-
Después de escuchar a mi abuela lo prepare todo y moví unos cuantos hilos, al final estábamos todos los primos jugando al Cluedo y poco a poco, por medio de susurros e instigaciones todos acabamos jugando ¡Incluso la abuela! Nos lo pasamos genial y a partir de ahí siempre jugábamos adultos y niños juntos, como debe ser. Así cambio nuestra familia, por un juego de mesa.